De cuando acá tan rebelde eh?- Eso me dije a mi misma el día que en pleno primer día en mi nuevo trabajo a mi cabello se le ocurrió simplemente hacer lo que se le diera la gana. Todo esponjado, me pasaba el cepillo y se ponía peor.
Terminé llegando, tarde y con una coleta digna de niña de preescolar, toda relamida y con tres litros de gel fijador de cabello.
Fue ahí cuando nació mi archienemigo, el frizz, o como a mi me gusta llamarlo, el adolescente capilar.
Es cuando tu cabello se pone todo esponjado y de malas, no importa que tanto quieras ayudarlo, si no quiere cooperar no lo va a hacer. Tal cuál como cuando le dices a tu hijo “Oye puedes recoger tu cuarto?” y te contesta “Ahorita no puedo, estoy escuchando música” y te cierra la puerta.
Es exactamente lo mismo, le dices a tu cabello “Oye puedes controlarte el día de hoy?” y te contesta “Contrólate tu primero”, así grosero y directo. Por eso es que yo Karla decidí dejar de tratar de luchar contra el y preferí consentirlo y darle lo que necesitaba para que se sintiera comprendido y se comportata. Fueron únicamente 3 fáciles y sencillas cosas que marcaron un antes y un después.
1) Cepillado solo mojado: Como si fuera La Sirenita, mi cabello solamente podía ser desenredado cuando aún estaba húmedo. De lo contrario era como si me volviera una burbuja estática.
2) Secarme con la playera de mi primer concierto: Si bien nunca creí que mi playera con el logo de Kabah me iba a servir de algo más que de recuerdo, pero después leí que si cambiabas la toalla de cabello por una playera, reduces significativamente la ruptura de las fibras capilares, que por consecuencia aumentan la estática.
3) Usar acondicionador: Error de principiante, antes yo pensaba que el acondicionador era solamente para que no se enredaran las puntas, sin embargo después descubrí que ayuda a que estas mismas estén hidratadas, reduciendo drásticamente el efecto del frizz.
El Acondicionador Sólido de Menta + Vitamina E deja mi cabello delicioso, suavecito, sin frizz y con un aroma fresco digno de calmar al adolescente capilar cualquiera.
¡Aprender a manejar a tu adolescente capilar te va a cambiar la vida!
